martes, 30 de agosto de 2011

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS, María Dueñas


   Esta novela publicada recientemente ha sido el gran acontecimiento editorial del año. Es la primera novela de su autora, María Dueñas, una profesora de Filología de la Universidad de Murcia. María Dueñas tiene ahora mismo una dificultad: su primera obra es tan buena que, aunque ya le están lloviendo los encargos, es difícil que la supere. Le puede ocurrir como a tantos, desde Susana Tamaro hasta Luis Landero. Esperemos que no sea así.
   En efecto, “El tiempo entre costuras” en una novela magistral.
   En mi opinión, tres son los aspectos que debe abarcar una novela para ser buena:
• Un argumento: una trama que te atrape, que no permita altibajos, que tire del hilo de tu interés hasta que termines hecho un ovillo.
• Un estilo personal de escribir, cuidado, pulido, que ponga en cada caso la palabra que defina, abarque el concepto que se quiere transmitir, o la situación física o anímica de los personajes.
• Un contexto: Un mapa existencial, geográfico, ideológico o histórico de fondo, que otorgue relieve a lo que se cuenta y que ancle el argumento en una etapa y en unos lugares y en unos sentimientos reales y creíbles, de tal manera, que además de entretenerte, hayas aprendido de historia, de lugares, de mentalidades… y de la misma existencia humana con sus complicadas relaciones.
   Pues bien: esos tres elementos, en mi opinión, se dan de una manera soberbia en esta obra.
La trama te atrapa desde la primera línea: no hay precipitación pero tampoco lugar para el reposo. Sin ser una obra policiaca, abundan situaciones límite y llenas de emoción. Es un drama, una obra plenamente humana con personajes normales, como nosotros, a los que la vida trastea de un modo feroz.
   El estilo es pulido, directo. No dice una palabra de más ni de menos. Con poco cuenta mucho. Se hace con las situaciones de una manera tan natural y diáfana, que te lleva en volandas casi sin esfuerzo. En pocas palabras: está fenomenalmente bien escrita.
   Y, en último lugar, el contexto: la época, desde los años 20 pasando por la guerra civil, que está ambientada en su punto y sin maniqueísmos. Al terminar sus páginas, entiendes más sobre lo que ocurrió en la España y en la Europa de aquellos azarosos años.
¿Sombras? Para alguno puede parecer un relato demasiado femenino, que se detiene en detalles livianos, como todo lo que a la moda se refiere. Para otros, algunos de los juicios políticos que vierte pueden ser más que matizables. Y para los impacientes, quizá les sobre algunas cuantas páginas.
   Con todo, es una de las mejores novelas que leído últimamente. He disfrutado de veras. La recomiendo.

domingo, 7 de agosto de 2011

NIEVE DE OTOÑO, Iréne Némirovsky


   Iréne Némirovsky, la autora ruso-francesa de origen judío, es universalmente conocida por "Suite francesa", una inigualable novela que escribió en 1942, poco antes de su arresto, su internamiento y su muerte en Auschwitz.
   Pero en los años 30 nos dejó una serie de breves relatos, que constituyen pequeñas obras maestras. Triste, tristísimo, es este relato claramente autobiográfico, sobre una familia noble de las afueras de Moscú que tiene que huir a Paris en 1919, después de la revolución bolchevique.
   Una familia que ve abocada a rehacer su vida desde cero, desacostumbrada a vivir con lo puesto, y en una ciudad como París, donde el otoño se les hace larguísimo, ya que nunca termina de nevar.
   A pesar de su juventud, Iréne Némirovsky nos vuelve a sorprender (su obra está apareciendo ahora en España) con su prosa concisa y su capacidad para hacernos sufrir con los personajes, aunque también con la esperanza religiosa que se acumula en Tatiana, la protagonista de la pequeña novela.
   En realidad, el tema central es el paso del tiempo y la tiranía con que nos suelen traicionar nuestros propios recuerdos. Un tema recurrente en la poesía universal, y que aquí la joven Némirovsky sabe recrear con luces nuevas.

viernes, 5 de agosto de 2011

JUAN CARLOS, EL REY DE UN PUEBLO, Paul Preston


   Interesante libro del historiador Paul Preston sobre la figura del Juan Carlos.
Explica de manera detallada el largo "tira y afloja" entre Franco y don Juan.          Y, luego, el "tira y afloja" entre Juan Carlos y su padre. Las dificultades que tuvo que pasar Juan Carlos hasta ser rey fueron grandes e innumerables, ya que tenía numerosos opositores y muchos franquistas sospechaban que iba a democratizar España. Pero supo ganarse el afecto de Franco, que veía en él el hijo que nunca tuvo.
  Juan Carlos fue un peón de recambio entre Don Juan y Franco, tuvo que separarse de su familia muy pronto, y cambiar numerosas veces de residencia y de ambiente, según las relaciones de los adultos iban mejor o peor. Pero ya desde pequeño tuvo conciencia de que ese sacrificio valía la pena, ya que consagró su vida a ver restaurada la monarquía.
  Al final, su padre acabó cediendo y no se opuso a la candidatura de Juan Carlos, más realizable, ya que Don Juan se había significado muchas veces como opuesto al Régimen impuesto por Franco en el país.