lunes, 18 de junio de 2018

EL BALCÓN EN INVIERNO, Luis Landero

   
   Con su pulcra pluma, este consagrado autor español desgrana de una forma estudiosamente deslavazada recuerdos de su niñez y de su primera juventud. 
   De familia agricultora en un pueblo perdido de la campiña extremeña, no se vio nunca un libro en su casa. He aquí el milagro de que terminara siendo escritor. Su familia estaba compuesta por personas sin cultura e impregnadas de costumbres ancestrales. En un momento dado tienen que venderlo todo y emigrar a Madrid con el desarraigo que eso supone. 
   La historia, en algunos episodios, es bastante triste. Pero Landero sabe acercarse a ella (es su propia historia) y tejerla con el hilo de la ternura y de la compasión. El protagonista se ve a sí mismo como un ser perpetuamente desorientado, bastante incomprendido, perdido en mil proyectos que nunca acaba, merodeador de la vida... Desde niño, es y se cree poeta y escritor. No acaba de encajar por ello con los moldes existenciales en los que tiene que crecer, aún poniendo su mejor intención.    
   Y relata sin orden cronológico diversas etapas de su vida con estilo cuidado pero, a la vez, con gran sencillez y un humor de fondo que hace el papel de contrapunto balsámico. Una delicia.
   Sí, un pequeño gran relato que será un placer para todo lector que ame de verdad la literatura. 


miércoles, 6 de junio de 2018

EL VUELO DE LA GRULLA, An Yi Campello


 "Querida familia / no sé si sabéis / que a veces / abrazo árboles". 
   Para mí estas palabras definen muy bien la poesía de An Yi Campello. Sencillez, comunión con la naturaleza, espiritualidad, inocencia y atrevimiento al mismo tiempo. En un mundo cada vez más materialista, la lectura de estos poemas constituye una corriente de aire fresco que ventila el alma, y, por qué no, una suave propuesta de nuevos caminos a nuestra anquilosada y ortogonal sociedad occidental. 
   Me ha encantado su incursión por la espiritualidad africana, menos conocida que la asiática pero perfectamente válida y actual. An Yi se sirve de cualquier espiritualidad auténtica como camino hacia la paz interior y la realización personal, como demuestra en su poema titulado "Liberada y regreso a casa".
La autora medita también sobre la necesidad del silencio: "¡Callad, malditos!", llega a exclamar. Muchos hemos querido gritar lo mismo más de una vez. Me he sentido plenamente identificado con los llamados poemas del silencio. 
 Gracias, An Yi, Ángeles. Esperemos que sigas alimentando estos silencios. 

lunes, 4 de junio de 2018

FALTA DE PERSPECTIVA, Pedro Serrano

 
 En Falta de perspectiva el poeta ilicitano Pedro Serrano nos ofrece una colección de poemas que no nos quieren invadir. El autor, simplemente, nos cuenta su vida, sus sensaciones, nos narra sus horas, y deja tililando ese verso final que sirve de contrapunto. Un último verso, en efecto, que permanece en el aire. Parece que Pedro pasa al lector la "patata caliente". 
   La pelota, en efecto,  queda en tu tejado y tienes que decidir qué hacer con ella. Bota y rebota en tu interior: el poema ya es problema tuyo. Te obliga a buscar, a tejer nuevos caminos. Es decir, son poemas abiertos donde lo importante es lo que no dice. En mi opinión, esta es la virtud más certera de Pedro, virtud que, por cierto, es de algún esencial al poeta que quiera emocionar, interpelar o simplemente transmitir. 
   Otra de las ideas con las que me he quedado es que la vida consiste, lisa y llanamente, en perder el tiempo. Aquellos que llenan su vida de gestiones útiles, acumulan vacíos. 
   Los poemas que más me han gustado son: Anclaje terrestre; WI-FI; Por respeto (¡cuánto se puede decir en cuatro líneas!); Ajuste horario; Arte de la demora; y, por supuesto, Falta de perspectiva, en donde yo creo que el autor condensa toda su filosofía, si se me permite denominarla así. 
   Pedro, te seguiremos leyendo. Me debes un abrazo.