sábado, 10 de noviembre de 2018

EL CIELO DE KAUNAS, Jesús Zomeño


   ¿Qué diferencia existe entre una maloliente trinchera del Somme o una nevada calle de Kaunas con su pequeño charco de sangre? Ninguna. Acabo de terminar esta magnífica novela, y es el primer comentario que se me ocurre. Somme o Kaunas son el mero trasfondo para relatar vidas cuyas coordenadas existenciales se han diluido en el barro con el paso del tiempo. Individuos que están de vuelta de todo pero que nadie sabe muy bien si alguna vez han ido a alguna parte.
   El autor insiste. Antes, era el horror de la primera guerra mundial; ahora, es la desaparición de un Régimen soviético que deja a tantos sin ideal, sin rumbo, sin cielo. Ese cielo plomizo, el cielo de Kaunas. Un cielo que en realidad no tiene fronteras, que puede ser perfectamente nuestro cielo. El cielo nebuloso y frío del homo sapiens occidental que, a fuerza de un individualismo salvaje, se mueve sobre el filo cortante de una vida cómoda y bien pagada. Estas son las reflexiones que me suscita esta impactante novela que entronca con el gran Dostoievski (citado por Zomeño varias veces), Heidegger (“el hombre es un ser arrojado”), Sastre (“el hombre es una pasión inútil”) y, en definitiva, con el irracionalismo nietzscheano.
   Aparte de estas referencias filosóficas, diremos que El cielo de Kaunas es un relato magníficamente construido. Relata varias vidas cruzadas, muy distintas, pero extrañamente paralelas. Es más, da la impresión de que unas se buscan a otras.
  Su estilo es directo, descarnado y, aviso, en nada complaciente. Sus personajes roban, orinan en mitad del campo, compran un bocadillo de queso, violan, conversan sin entenderse, buscan por Internet, disparan a una mujer que pasa sin mayor motivo. Todo en una sucesión que parece incluso natural y lógica y que de alguna manera te atrapa y te condena a preguntarte por un porqué que nunca acaba de llegar. No solo el fondo y la estructura, sino su peculiar estilo es, a mi parecer, lo que hace de El Cielo de Kaunas  una novela impactante y única, difícil de olvidar.
 Enhorabuena, Jesús. Aunque has publicado en el pasado poemarios y relatos breves, esta es tu primera novela. Todos esperamos que no sea la última.


domingo, 4 de noviembre de 2018

Franco y la Segunda Guerra Mundial, Luis Palacios


 He leído el tomo 21 de la Historia de España del Círculo de Lectores, en la parte que se refiere a la política exterior del Régimen durante la Segunda Guerra Mundial. Tema muy interesante y largamente debatido. La cuestión es la siguiente: ¿Fue realmente Franco neutral durante el conflicto mundial? Tussell opina que no; Stanley Payne dice que sí se pudo hablar de neutralidad, ya que España como tal no entró en guerra. 
   Mi conclusión es que Franco no quería entrar, aunque tenía simpatía y gratitud por el Eje. ero hubo un momento, en 1940, en que estuvo tentado de entrar. Pero fue cauto. para empezar, las exigencias para su entrada fueron muy elevadas (toneladas de trigo, armamento, carburantes, protección de las Canarias y un imperio en África, que incluyera nos solo Marruecos, sino también Río de Oro y Camerún). Además, nunca entraría antes de la derrota definitiva de Inglaterra. Hitler, sin embargo, tenía prisa por contar con España, incluso le propuso un plan: "la operación Félix". 
Entre negociaciones complicadas (Vigón, Serrano Suñer y sobre todo la entrevista de Hendaya).
   Franco no lo vio claro, y menos, como proponían los alemanes, que ocupara la Wermatch las Canarias. Por ello, dio larga, y Hitler lo tomó por imposible. 
   Así, España se libró de entrar en la contienda. En conclusión, a mi parece que Franco quería entrar pero con garantías y esas garantías nunca se cumplieron.