miércoles, 23 de julio de 2014

EL CRIMEN DE LORD ARTHUR SAVILLE, Oscar Wilde

   Me he divertido mucho leyendo este original relato.
 Trata el destino desgraciado de una persona, a la manera del fatum griego, pero aquí situado en la Inglaterra victoriana y con toques de humor y con todo tipo de detalles con los que condimenta la trama. Sir Arthur toma una decisión sorprendente, y la pone en práctica. Y ahí es donde entra el humor y la ironía. Es una manera de escribir muy inteligente...  y muy inglesa.
   Con grandes novelas o con pequeños relatos, Oscar Wilde muestra su fina sensibilidad, y su añoranza, como decimos, de lo romántico, en una sociedad que se aboca al realismo. 
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(spoiler)
El protagonista, Lord Arthur, asiste a una recepción de una condesa. Aparece un quiromántico (predice el presente y el futuro al leer las manos). Con todos acierta. Con Lord Arthur palidece y no dice nada, pero Lord Arthur se lo sonsaca en secreto. Ha leído en su mano la palabra “ASESINO”. Lord Arthur se conmociona: se casará pronto y no puede vivir con esa predicción. Para ellos, por amor a su futura mujer, resuelve sin más matar a alguien antes de casarse para cumplir su predicción. Lo intenta con una marquesa amiga de la familia envenenándola, pero muere de muerte natural; lo intenta con el deán pero el reloj no explota. Al final, desesperado, resuelve no posponer más la boda, y así comunicárselo a su novia, cuando va paseando por los muelles de Támesis, ve al quiromántico sentado en uno de ellos, y le tira al río. Así se casa sin temores y vive una vida feliz.

Wilde te lo cuenta de una manera divertida, y no se ahorra en detalles, que enriquecen y hacen más increíbles la narración. El fatum griego en versión victoriana.

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