lunes, 12 de agosto de 2024

LA TIA TULA, Miguel de Unamuno


 


   En los veranos siempre cae algún clásico no leído. Este agosto me he decantado por la novelística da Unamuno. Ya había leído Niebla hace mucho, pero quizás la vuelva a leer. Comento, pues.

   Uno. Para leer a Unamuno, hay que estar preparado: siempre nos plantea un conflicto interior. Es un hombre de alguna manera atormentado (o no tanto) y proyecta en sus novelas esos conflictos en los que retrata de una manera magistral al ser humano.

   Dos. Son novelas de época, la gente tienen muy distinta mentalidad de la nuestra, por lo que nos puede servir para comprender otras etapas de la Historia. sin embargo, los conflictos son eternos. El ser humano, en su esencia, no ha cambiado

   Tres. El estilo bebe todavía, en mi opinión, del siglo XIX (Galdós, Clarín, etc.).Sin embargo, don Miguel es más conceptual, va a lo fundamental y se ahorra descripciones. Resultado: son novelas bastantes no muy largas. Pero cuenta todo lo que quiere contar y transmite todo lo que tiene que transmitir. Y eso, el lector lo agradece

  Tres. Solo le interesa el alma (en esto, se parece a Dostoievski). Plantea serios conflictos interiores nada complacientes. Que nadie espere un pasatiempo (algunos masocas nos dedicamos a leer estas cosas en verano...)

  Cuatro. La tía Tula trata de una mujer que decide no ser madre, pero que a la vez se deja llevar por su instinto de maternidad. Dominadora y de fuerte carácter, impulsa a los demás a que hagan todo lo que haga falta para que ella desarrolle ese instinto, pero no lo hace con mala intención, es una buena persona. El resultado objetivo (que ella al final reconoce) es que destroza y manipula todo lo que hay a su alrededor. Y lo hace incluso después de muerta, debido al ascendiente que tenía sobre sus sobrinos, sobrino-nietos, etc.  

Cuatro. La alta mortalidad que había en aquella época le sirve Unamuno para construir su guion y convertirlo en drama total. Cuando, al fin, te encariñas por uno de los personaje, coge una fiebres y muere. 

   Unamuno, un gran novelista, un sabio, un atormentado en perpetuas dudas existenciales y religiosas. Descanse en paz. Espero que en Cielo disfrute más. Pero gracias por habernos dejado estas obras maestras.

   Cuando comente Abel Sánchez, seguiremos hablando del rector de Salamanca. 

lunes, 5 de agosto de 2024

ANTOLOGÍA POÉTICA, Antonio Machado

 





   He elegido como destino de mis vacaciones la ciudad de Baeza, que tenía muchas ganas de conocer. Increíble: ha sobrepasado mis expectativas. ¡Qué concentración de gótico final y alto renacimiento! ¡Qué casco antiguo! Parecíase que caminabas en pleno siglo XVI. 

   Pero, aparte de ello, fui allá con el objetivo de husmear las huellas de  Antonio Machado, que estuvo en esa ciudad como profesor de francés (huyendo de Soria y de su amada Leonor), desde 1912 a 1919. En efecto, puedes visitar el aula donde impartió clase, el paseo donde se veía su figura ensimismada, la pensión donde vivió... En contra de lo que pueda parecer, tras unos primeros de duelo y alma dolorida, escribió allí lo que luego titularía Nuevas canciones y unos cuantos poemas que luego incluiría en sucesivas ediciones de Campos de Castilla (aunque la cronología de sus poemas a veces es demasiado confusa). 

   Visitando la catedral, me acordé de aquello versos de mi niñez que un tío abuelo mío, llamado Mariano, me recitaba: "Campo, campo, campo, entre los olivos, los cortijos blancos". También allí escribió el famoso Poema de un día, que comienza con una descripción de aquellas tierras y sus gentes, y termina con abstracciones filosóficas-literarias. 

   Yo, antes de ir, aproveché para releer una antología del poeta sevillano que me regalaron en el día del libro, y reconocí a aquel poeta sobrio, de gran hondura conceptual, senequista, sentencioso y confundido con la naturaleza, que había leído en mi juventud, pero ahora con el mejor aprovechamiento que te da la experiencia de los años y las lecturas habidas.

   Antonio Machado es un poeta del pueblo, un poeta eterno. ¿Quién no recuerda alguna poesía suya, aunque sea aquellos versos que inmortalizó Serrat y Miguel Ríos? Se ha convertido en acervo cultural de nuestra Patria y nuestra condición humana. Pisar por donde ha pisado te hace invulnerable a las modas y a los vaivenes de las ideologías. Y es que Antonio Machado es el hombre que nos habló, simplemente, del hombre. 

domingo, 4 de agosto de 2024

LA PENUMBRA DE MIRANDA, José Antonio Corrales Ponce de León

 





   José Antonio Corrales, inspector de policía en Elche y director del programa de radio Dossier Crimen dedicado al género negro, vuelve a la carga con un relato pleno de emoción y de suspense. Después de sus exitosas y premiadas Robar, matar y destruir, Barrios de sangre y La ceguera del murciélago, ofrece al público una nueva entrega del detective privado Ariel Gil y de su fiel subalterno Rómulo Noguerón, tándem que ya había sido protagonista en Barrios de sangre, y que va camino de hacerse inmortal.  

   Pero, en esta ocasión, el autor da un triple salto mortal y sitúa la mayor parte de la trama en la República Dominicana. Allí, el infatigable detective tiene que dar con el paradero de Marcos Marzá, último vástago de una familia catalana adinerada, sin sospechar que va directo hacia una trampa mortal. 

   Entre las muchas virtudes de esta obra no es la menor la de sostener el suspense a lo largo de sus 350 páginas. Conforme la trama más se va embrollando, más el lector se siente atrapado, y llega un momento en el que no puede desentenderse de lo que ocurre. Siempre hay una esquina esperando. 

   Pero las novelas de Corrales no son relatos policiacos al uso, que solo buscan resolver un crimen. El autor no se conforma con cualquier producto. La penumbra de Miranda es una muy buena obra literaria tanto por las imágenes que escoge, como por la sabia cadencia que imprime a la acción, las inteligentes conversaciones y, en fin, por la maestría con que describe las situaciones y los paisajes (una mansión, un río, un resort de lujo). Da la impresión de que pinta con las palabras. Y todo ello, en primera persona, lo cual tiene aún más mérito. 

   Además, se preocupa de que los protagonistas sean personas de carne y hueso. Ariel se distingue por su valentía y honradez, pero también por sus miedos, sus dudas y un pasado no muy lejano que le persigue (el alcohol, fracaso matrimonial...). Rómulo, por su parte, es el contrapunto necesario y, en mi opinión, personaje fundamental para que la novela funcione, ya que aporta ese matiz de frescura y de espontaneidad que necesitan estos relatos llenos de situaciones límite, a veces duras. 

   Por último, no se olvida el autor de encuadrar todo en un fondo de pantalla social, al describir y denunciar la malvada trata de blancas, las injustas situaciones de muchos temporeros y, en general, las desgarradoras  diferencias sociales  y la corrupción institucional que se suelen dar en esas partes del planeta. 

   En fin, una novela que lo tiene todo, y que ha vuelto a ser un éxito en ventas, cosa que permite a José Antonio Corrales Ponce de León hacerse un hueco bastante holgado en el panorama de la novela negra nacional. Y lo mejor es que esta entrega no va a ser la última. Lo más probable es que, más pronto que tarde, volvamos a ver a Ariel Gil y a Rómulo Noguerón en acción. ¡Una suerte para todos!