AUTOR DEL BLOG

Mi foto
Nací en Palencia en 1960. Ejerzo la docencia en un Instituto de Elche como profesor de Historia del Arte e Historia Contemporánea. He escrito algunos libros y me gusta leer. Participo en diversas actividades literarias. No soy un crítico: lo que pongo aquí son algunas impresiones muy breves sobre lo que leo. No pretendo más. Gracias por visitarme.

martes, 4 de noviembre de 2014

ANTES DEL NOMBRE, Eloy Sánchez Rosillo

   En este nuevo volumen de poemas, el poeta murciano Eloy Sánchez Rosillo incide en una línea poética pletórica. Continúa la misma senda que comenzó a recorrer con el poemario La vida, y que encontró su colofón con el titulado La Certeza
   Rosillo ha encendido la luz en el panorama experiencial y existencial en el que estamos sumergidos, lo cual es muy de agradecer. Aun así, a mi parecer, Antes nombre –siguiendo esa vía luminosa– apunta a una lucidez algo más melancólica, traspasada de tiempo.  Se me antoja que esa luz descendida, esta vez se presenta de manera más crepuscular: un rayo que coloca su mediodía en el  recuerdo del amor, “única luz que alumbra”
   Sea como fuere, la poética de Sánchez Rosillo se traduce al final en una limpia reflexión sobre la existencia desnuda. Para Rosillo, el mero hecho de que las cosas existan es una buena noticia. No se trata, por tatnto, de una existencia celebrada, sino, simplemente, constatada. Contempla sin tocar. En este sentido, y en el sentido más clásico posible, estamos ante una poesía metafísica: el mundo es real a pesar de mí mismo. Es más, mi propio laberinto es algo tangencial para este mundo lleno de aire y sol. 
   ¿Es Eloy un poeta trascendente? Juega, a mi ver, en el umbral muy delicadamente, para quien quiera dar o no ese paso. Su propuesta es una invitación a mirar, que es lo más noble (quizá lo único) que se puede lograr en este oficio.
   En cuanto a la forma, su corte clásico, su natural ponderación adjetival, hace que todas las palabras y los signos de puntuación parezcan en su sitio (los artesanos del oficio sabemos que ello lleva detrás un vigilante trabajo de poda). La palabra no estorba, sino que sirve a su propósito: invitarnos a ver lo que nos circunda con ojos sencillos y conscientes de que forman parte de esa realidad que contemplamos. Aparta esos papeles, infeliz; / Cierra el cuaderno, y mira la mañana /, nos exhorta el poeta.
   Leer a Sánchez Rosillo es fácil. No adviertes enredo alguno o esquinas en estas páginas. Son camino carretero, puente que allana la osadía del terreno, atalaya tranquila desde donde  observas que, a pesar de los pesares, y, como alguien aseguró en el principio de un libro muy grueso y muy antiguo, el mundo está bien hecho.


No hay comentarios:

Publicar un comentario