Me he llevado para el tren unas peculiares memorias. Dionisio Ridruejo (1917 – 1975) fue un poeta, crítico, articulista que vivió en primera persona la convulsión española de los años 30. Pero tiene una peculiar evolución: de principal jefe de la Falange y amigo personal de José Antonio, a claro opositor del régimen y firmante, junto con demócratas liberales y socialistas, de un manifiesto pidiendo la reconciliación del país.
Esta evolución es la realmente
atractiva. Un hombre puede corregir el rumbo de su vida o de sus ideas, si
piensa honradamente que sus primeros planteamientos estaban equivocados. Cuenta
la exaltación colectiva de la España de los años 30, que a él le pilló con la
veintena, y, sobre todo, el trauma que supuso para los miembros de la Falange
el decreto de unificación de Franco en abril de 1937.
El estilo es culto y pulido,
aunque un poco farragoso en algunos pasajes. Pero pienso que es un buen
documento. Son de especial interés las dos conversaciones (una durante la
guerra, y otra, en el 47) que tuvo con Franco, en las que el general le escucha
atentamente, pero no le hace ni caso.
Fue marginado de la política, confinado, pasó por prisión, y se exilió
voluntariamente durante largas temporadas.
Aparte de su relevancia política,
es un buen literato y poeta. Habrá que acercarse a sus versos.
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