Acabo de terminar esta magnífica novela de María Dueñas. Esta escritora
y profesora de Cartagena obtuvo un sonoro éxito con su opera prima “El tiempo
entre costuras”. Incluso, fue llevado a la televisión con notable éxito también. La novela
se lo merecía, ya que el argumento mantenía un gran
pulso, y el estilo era impecable.
Su segunda novela, “Misión Olvido”, mantenía la calidad y
salió
bastante airosa de la comparación con la primera. Esta tercera que comento me
parece, sinceramente, un novelón, y demuestra que el síndrome del éxito temprano
no ha pasado por esta autora.
Novela costumbrista, de acción, romántica, dramática e incluso social. Comienza en México, sigue en Cuba y termina en
Jerez. Se sitúa en los años sesenta del siglo XIX, en plena Guerra de Secesión americana, con
Juárez
de presidente en México, con una Habana más próspera y
colonial, y con un agro andaluz que, en efecto, sufrió un desarrollo
muy importante en la segunda mitad del siglo XIX, sobre todo, debido a las
exportaciones.
Tiene ritmo, te atrapa desde el primer momento, y los personajes poseen un
cuajo y una personalidad verdaderamente admirables. Además, María Dueñas cuida el
estilo, el vocabulario de cada lugar y de cada mundo en el que se introduce,
desde una mesa de billar hasta una viña centenaria. Se documenta antes de describir un
espacio o un tiempo, lo que es muy de agradecer.
El capítulo que narra la partida de billar en casa de la Chucha es emblemático. Y la
aparición
de la voz del apoderado Andrade como una conciencia molesta que Mauro Larrea,
el protagonista, intenta en vano esquinar es un recurso sabio y muy original.
En fin, si leen esta novela, se van a entretener y van a gozar de un producto
literario de nivel.
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