Hacía tiempo que quería ver esta laureada película brasileña. La historia es conmovedora y está contada de una manera tan natural como brillante. El riesgo de este tipo de relatos llenos de drama, corazón y vida, es que resulte al final un producto sentimental, pródigo en lágrimas, cercano a la telenovela.
En este caso estamos, sin embargo, ante una muestra de buen cine, que protagonizan personajes buscando una luz, un sentido, o una mínima salida para su vida. Gente que se ha quedado sola en la vida (que es un signo evidente de pobreza), y que busca un tablón donde agarrarse en los procelosos mares de la compleja sociedad brasileña.
Una encantadora película llena de humanidad y sabiduría, donde la religiosidad del pueblo brasileño está presente.
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