Agradezco a mi amigo y compañero de trabajo Juanjo Rastrollo el haberme facilitado este pequeño volumen con un título tan inusual. Uno puede pensar que en pleno siglo XXI nadie cree en nada, pero no es verdad. Tendrán que ser una vez más los poetas los que saquen a la Humanidad de este atasco en el que tanta gente está reafirmada en la solemne tontería de que todo viene del azar, que es pura evolución de la materia, y de que el hombre es algo así como un mono espabilado que ha tenido suerte.
A los que creemos en el espíritu, este esfuerzo de coordinación del profesor de Sevilla Carlos Peinado es encomiable. Como él mismo dice en la introducción, desde el homo de Neandertal, la gente creía en la otra vida, en la trascendencia. Es decir, desde que empezó a pensar un poco, vamos. A partir de ahí, la religión siempre ha estado presente en la literatura como algo consustancial. Con todo, en estos estudios no se analiza una poesía de creyentes y devotos (a veces, sí). Abundan los meros buscadores, aproximadores al hecho religioso.
He leído solo algunos capítulos. El de Gabriel Insausti, profesor que tuve el gusto de conocer (cuando éramos jóvenes) en Pamplona, junto con el director de su tesis Víctor García Ruiz (con el coincidí en la mili, cosa que une mucho, por cierto). Insausti hace mención a varios poetas. Comienza con Miguel D'Ors, un gran poeta de la experiencia (que ya tiene mérito), pero también Munárriz o mi estimado Antonio Moreno.
He leído otro estudio de María Caballero que trata sobre Dios y la poesía latino americana, comenzando con Amado Nervo y terminando con Borges. Aunque hay que decir que deja un capítulo aparte (se lo merece) al sacerdote chileno José Ibañez Langlois -especialista en Pound, Rilke y Neruda- que ha escrito la inconmensurable Pasión de Cristo. Pienso que esta obra, en serio, merece un puesto privilegiado en la literatura religiosa universal. Es difícil de describir por su originalidad: esta obra no admite etiquetas. La recomiendo a todo cristiano o ateo para su meditación durante la Semana Santa. En mi opinión, una cima.
Las demás contribuciones las he visto por encima en espera de una lectura más atenta. En todo caso, una gran aportación de un buen grupo de especialistas. Dios interesa también en el siglo XXI. Interesará siempre, si queremos seguir homo sapiens.
No hay comentarios:
Publicar un comentario