Acaba de producirse un acontecimiento editorial sin igual. La publicación de los diarios del que fuera presidente de la Segunda República española: don Niceto Alcalá Zamora.
Don Niceto marchó de España a un viaje de placer a tierras árticas pocos días antes del comienzo de la guerra civil. Antes, guardó sus diarios en un banco. Don Niceto no volvió a España.
Durante la guerra, por orden gubernamental, arramplaron con todos sus bienes e intervinieron el Banco, llevando los consabidos diarios, de los que nunca más se supo. Pero en 2008 un señor afirmó tenerlos y así era (sería largo de contar). Por fin, acabaron en las manos de la Guardia Civil, pero el Ministerio de Cultura, en vez de entrgárselos a sus nietos, se los quedó, con gran enfado de la familia. Al final, el juez ha dictaminado que son de la familia, como el finado ya había manifestado en su testamento. La familia los ha donado al Archivo Nacional.
Durante la guerra, por orden gubernamental, arramplaron con todos sus bienes e intervinieron el Banco, llevando los consabidos diarios, de los que nunca más se supo. Pero en 2008 un señor afirmó tenerlos y así era (sería largo de contar). Por fin, acabaron en las manos de la Guardia Civil, pero el Ministerio de Cultura, en vez de entrgárselos a sus nietos, se los quedó, con gran enfado de la familia. Al final, el juez ha dictaminado que son de la familia, como el finado ya había manifestado en su testamento. La familia los ha donado al Archivo Nacional.
En ellos, el bueno de Don Niceto, con su estilo algo barroco pero que tiene la vibración de lo inmediato, critica amargamente la deriva radical de la República.
En fin, unos diarios que por fin ven la luz, y que pueden levantar ampollas. Con todo, es una fuente de primera mano para seguir profundizando en esos convulsos años.
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