Después de leer la última página, la ultima línea de esta larguísima y apasionante novela, te invade la melancolía. No es posible que Amelia Garayoa salga de mi vida como salió de la vida de Guillermo Albi. Te deja un poso de tristeza: has pasado tantas aventuras, tantas desgracias, tanta pasión junto a la protagonista, que cerrar el libro viene a ser algo así como una defunción: la pérdida de un ser querido.
Madrid, 2006. Guillermo, un joven periodista con problemas de trabajo es requerido por su exigente tía para que investigue la vida de su bisabuela. Resulta que su bisabuela, poco después de tener su hijo Javier (el abuelo de Guillermo), se marchó de casa a lso 20 años, y nadie, al parecer, supo más de ella. Guillermo jamás pudo suponer la increíble vida de aquella mujer que le llevó en sus investigaciones a Francia, Buenos Aires, Londres, Moscú, Berlín, san Francisco, Roma o El Cairo, por decir sólo algunos de los lugares donde ocurre la apasionante acción, en tiempos de guerra de España, mundial y guerra fría.
Muy bien ambientada y correctamente escrita, y, sobre todo, muy bien construida, la novela funciona al máximo, aunque a veces te parezca un serial donde en cada capítulo puede ocurrir lo impredecible en el lugar menos insospechado. Ahí, en mi opinión, carga la mano, y puede llegar a cansar a los más impacientes.
Pero el conjunto es un gran relato, uno de los grandes acontecimientos literarios del año
Madrid, 2006. Guillermo, un joven periodista con problemas de trabajo es requerido por su exigente tía para que investigue la vida de su bisabuela. Resulta que su bisabuela, poco después de tener su hijo Javier (el abuelo de Guillermo), se marchó de casa a lso 20 años, y nadie, al parecer, supo más de ella. Guillermo jamás pudo suponer la increíble vida de aquella mujer que le llevó en sus investigaciones a Francia, Buenos Aires, Londres, Moscú, Berlín, san Francisco, Roma o El Cairo, por decir sólo algunos de los lugares donde ocurre la apasionante acción, en tiempos de guerra de España, mundial y guerra fría.
Muy bien ambientada y correctamente escrita, y, sobre todo, muy bien construida, la novela funciona al máximo, aunque a veces te parezca un serial donde en cada capítulo puede ocurrir lo impredecible en el lugar menos insospechado. Ahí, en mi opinión, carga la mano, y puede llegar a cansar a los más impacientes.
Pero el conjunto es un gran relato, uno de los grandes acontecimientos literarios del año
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