He leído con mucho gusto este
relato de la autora ilicitana Maribel Romero Soler, que ha resultado finalista
del premio Edebé de Literatura Juvenil en 2014. Narra la historia del Gran
Prince Magic, un mago que llegó a tener fama mundial, y que ahora solo produce
la burla de los niños. El personaje te mueve de tal manera a compasión, que la
historia se te vuelve de algún modo imprescindible. Me recuerda a esa nostálgica
invención inestrenada de Jacques Tati, que tan magistralmente ha sido llevado
al cine de animación por Sylvain Chomet con el nombre de El Ilusionista.
El argumento da un giro muy
sabroso e inesperado cuando aparece una pintura del genial impresionista Joaquín Sorolla sin mediar aviso.
Se convierte entonces en un relato que entremezcla el realismo y la fantasía
con pasmosa naturalidad. El sol de Sorolla zambulléndose en el vestido blanco
de su hija María Clotilde, un robo inverosímil, un psicólogo enamorado, y dos adolescentes
muy de siglo XXI.
En mi opinión, este relato constituye
un homenaje a la vida como magia. No deja de ser misterio y magia que cada uno
de nosotros vivamos hoy, que podamos mirar al sol, que busquemos el amor en
este mundo a veces desolado, y que estemos aquí para contarlo para contarlo.
Un último apunte. Se podría afirmar que El último truco de magia es literatura Juvenil. Pero yo, que no soy joven, he disfrutado. Pienso que puede contentar a todos, de cualquier edad y condición.
Un último apunte. Se podría afirmar que El último truco de magia es literatura Juvenil. Pero yo, que no soy joven, he disfrutado. Pienso que puede contentar a todos, de cualquier edad y condición.
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