Creo Julio Cortázar es un gran maestro del relato breve. Lo demuestra en este relato en el que, como suele suceder con el género, al final salta la sorpresa.
Además, toca un tema clásico y casi calderoriano al poner en relación el sueño y la realidad. Y, de paso, realiza una reflexión muy abierta sobre la condición humana. Y eso que todo empieza con un accidente de moto no muy grave.
El protagonista, en efecto, tiene un accidente de moto. No es muy grave ya que estaba en un semáforo, pero tiene que pasar en el hospital toda la noche boca arriba. Allí, entre dolores y molestia, se produce el duerme vela y la consiguiente pesadilla. Y aquí me paro, justo donde empieza la magia de Cortázar. Se lee fácil y se disfruta mucho.
Además, toca un tema clásico y casi calderoriano al poner en relación el sueño y la realidad. Y, de paso, realiza una reflexión muy abierta sobre la condición humana. Y eso que todo empieza con un accidente de moto no muy grave.
El protagonista, en efecto, tiene un accidente de moto. No es muy grave ya que estaba en un semáforo, pero tiene que pasar en el hospital toda la noche boca arriba. Allí, entre dolores y molestia, se produce el duerme vela y la consiguiente pesadilla. Y aquí me paro, justo donde empieza la magia de Cortázar. Se lee fácil y se disfruta mucho.
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