Chesterton es un escritor perspicaz, contracorriente en su época y en la actual, con afirmaciones provocadoras y sorprendentes que, al menos, te hacen pensar. Ocurrente y polemista hasta el fin era, in embargo, un hombre amable, muy amigo de los que no pensaban como él.
Como bien se sabe, comienzo siendo un agnóstico militante y terminó siendo un católico convencido, en un país de mayoría anglicana. ¿Qué le llevó a este cambio radical? Sin duda, el caer en la cuenta de que el Catolicismo es el camino cierto para desarrollar su libertad y su pensamiento. Es un Fe que te hace pensar. Critica la irracionalidad de todas las corrientes intelectuales de su época, que según su visión han renunciado la pensamiento. De hecho, el capítulo más sustancioso de este libro se titula El suicidio del pensamiento. Me parece a mí que esta es la idea central del libro y de todo el quehacer chestertiano (comenzando por el padre ocurrente y metódico padre Brown).
En cuanto a su estilo es frondoso, su escritura surge a borbotones y su lineal argumental es eminentemente paradójica.
Como es complicado resumir todo su pensamiento (no es un escritor muy metódico, y, personalmente, era tan buena persona como caótica), solo transcribo algunas de las citas que me han parecido más interesantes:
- Sin humildad es imposible disfrutar de nada, ni tan siquiera del orgullo.
- El hombre está hecho para dudar de sí mismo, pero no de la verdad.
- El mundo está en guerra con la razón, y las murallas empiezan a tambalearse.
- El problema de nuestros sabios no es que no encuentran la respuesta, sino que ni siquiera ven el acertijo.
- El peligro radica en que la inteligencia humana es libre de destruirse a sí mima. Hay un pensamiento que impide el pensamiento. Y es el único que debería atajarse.
- En cuanto desparece la religión, desparece también la razón.
- El efecto de las principales corrientes modernas del pensamiento ha sido impedir el pensamiento.
- El pensamiento libre ha agotado su propia libertad. Está hastiado de su éxito.
- Ha llegado el momento de dejar de buscar tantas preguntas y de empezar a buscar respuestas.
- Desear la acción es desear la limitación (...) cuando escoge algo renuncia a todo lo demás.
- Se puede liberar a las cosas de leyes ajenas, pero no de las de su propia naturaleza: si le quitas a un triángulo una recta, no le estas quitando algo al triángulo, sino que deja de ser triángulo.
- Y, como apunte final, la sorprendente comparación que hace entre Nietzsche, Tolstoi y Juana de Arco (sí, así como suena)
Todas las citas escogidas del capítulo El suicidio del pensamiento. Un gran libro, una gran autor para empezar el 2025: ¡feliz año!
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