Tres apuntes sobre esta gran novela (texto tomado de
la presentación que realicé a la autora
en la librería Ali i Truc)
En primer lugar. La novela relata hechos y
encarna personajes situados temporalmente en los años 30 del siglo pasado. Yo
no la 3ncuadraría dentro de las novelas históricas. Una novela histórica es
aquella que relata unos hechos y unos personajes, pero en la que la verdadera
protagonista de la trama es la Historia, el colectivo humano. Tampoco se trata
de una novela negra o un relato policiaco. “Estrategia del engaño” es simplemente
una novela de condición humana, sin más clasificaciones. Relata la vida a veces
sublime a veces desgarrada de una serie de personajes a los que les tocó vivir
esa convulsa etapa de nuestra Historia colectiva. Casi toda ella se desarrolla
en un pequeño pueblo de montaña sin nombre (Vianos, un municipio de Albacete, a
unos 100 km al suroeste de la capital, cerca de Alcaraz). La república y la
guerra civil aparecen como telón de fondo –eso sí,
con pinceladas maestras que describen de un manera impresionista las condiciones
políticas, sociales y religiosas del momento– . Pero esos brochazos históricos
solo adquieren protagonismo en cuanto influyen en la vida de María, Carlos,
Belinda, Don Tomás, etc. En suma, no es otra novela sobre la guerra civil, no
tiene nada que ver (cierto empacho, Cercas pedía disculpas en el monarca de las
sombras). Se trata de un ejercicio apasionante de intrahistoria, término
acuñado por Don Miguel de Unamuno, para hacernos entender que la historia se
escribe desde abajo, que la historia no es nada más que la suma de entramados,
de relaciones humanas a veces felices, a veces trágicas, un conjunto de
existencias que siempre muestran sin buscarlo su condición de drama.
En segundo lugar. Mariam consigue casi un
milagro. No parece nada fácil que una mujer moderna del siglo XXI, como es la
autora, se ponga en la piel de un cura rural de los años 30. Pues ella lo logra
y, además en mi opinión de una manera magistral. Sí, todo lo que te cuenta Don
Tomás, el párroco de esa aldea perdida en el monte, suena a real y a auténtico.
En primera persona, este joven sacerdote te va contando y te introduce en los
personajes, se convierte en el cañamazo a partir del cual se desarrolla el
relato. Te guía por la aldea, te describe en perfecto diorama sus calles,
edificios y alrededores montunos y cultivables. Pero te describe con no menor
maestría a sus habitantes, con su mentalidad y sus costumbres, con sus ideales
y sus miserias. Porque “Estrategia del engaño” tiene unos protagonistas
principales, pero no deja de ser un relato coral, donde pasan múltiples tipos
de almas, de diversa cultura y condición, lo cual hace más enriquecedora su
lectura.
Don Tomás es una persona entregada a su misión.
Escucha, procura levantar el ánimo, comprende a los demás. A nosotros nos ayuda
a conocer a los personajes, y yo diría a ser de alguna manera uno de ellos. Muy
cerca del Diario de un cura rural de Bernanos, y un tanto lejos de ese triste
don Manuel Bueno y mártir, que nos dejó por legado nuestro ya citado don Miguel.
En tercer lugar. El guion funciona. Un guion
mesurado, que no se encharca en descripciones onerosas, pero que tampoco pasa
de puntillas por las situaciones. Que describe con soltura los entresijos del
corazón, si así lo requiere el relato. Que cuenta los hechos como vienen, y sin
embargo no cae en la superficialidad. Que es profunda, y sin embargo no cansa.
En sus páginas se ocurren coyunturas duras, decisiones
desesperadas, tragedias dolorosas y rayos de esperanza que iluminan las
esquinas de los más escondidos sentimientos. Es decir, ocurre… la vida misma.
Esta es una
novela por tanto que te atrapa desde los primeros momentos. Que cuesta dejar,
que anhelas retomar. Y, por último – y quizá lo más importante- se trata de un
libro cercano, en el que nos podemos sentir identificados, una historia que
habla de otros y habla de hace mucho tiempo, pero que en el fondo está hablando
de nosotros, de cada uno. Decía Ortega y Gasset que “Al leer, descubrimos que
se nos cuentan nuestros propios pensamientos”. Algo así me ha ocurrido a mí con
“Estrategia del engaño”.
Muchas gracias, Mariam, por esta contribución
literaria de gran nivel. Todos esperamos que no sea tu última novela.