Vasili Grosman es un periodista y escritor ruso de gran prestigio durante la segunda guerra mundial. Cubrió la batalla de Stalingrado y es el primero que dio noticia de los campos de concentración nazis.
En los años 50, cayó en el olvido. Murió en 1964 sin pena ni gloria. Ahora ya sabemos por qué cayó en el olvido. De milagro se han salvado los manuscritos de sus últimas obras. Una de ellas, "Vida y destino", es una voluminosa novela que puede ser crucial en el siglo XX y que acaba de ver la luz en castellano, con gran éxito. La otra, escrita, poco antes de morir, es "Todo fluye", mucho más breve.
El lector va a gozar de su gran estilo, pero también va a sufrir. En ella, el protagonista nos cuenta, de modo descarnado, el horror del sistema totalitario comunista. El "archipiélago Gulag" se pone en pie otra vez, pero, esta vez, mucho mejor escrito (el libro de Soljenitsin resulta algo farragoso). El sufrimiento y la muerte de innumerables seres humanos por el capricho de un dirigente sin escrúpulos y por una ideología opresora, pasa ante nuestros ojos cortando la respiración.
Diría casi que es una lectura necesaria. Los adolescentes de nuestros días saben de sobra quién es Hitler, pero tienen una vaga idea de Stalin. Sin embargo, dejó morir de hambre a millones de personas en los campos de Ucrania y de otras zonas. Así, millones: familias enteras, pueblos y grandes comunidades desparecieron. Eso es lo que cuenta Grossman. Quiso dejarlo así, descarnado y sin revisión de estilo, para la posteridad, y el círculo de lectores ha tenido el acierto de publicarla, con gran éxito.