Con poco ánimo compré en Ali
Truck la última obra de Cercas. La Patria
de Aramburu, que es lo que todo el mundo está leyendo ahora, parece muy buena.
Leí algunas páginas, pero no me sentía con ganas de entrar al tema vasco. Y
mucho menos leer la enésima sobre la guerra civil, que es de lo que trata el
relato de Cercas. Pero como vi que se disculpaba en la introducción, me hizo
gracia, y en viaje ida y vuelta en tren a Palencia, lo leí.
Trata sobre una investigación que
hizo sobre un tío abuelo suyo, Manuel Mena, que se hizo de la Falange y, se fue
a la guerra, siendo abatido con 19 años en la batalla del Ebro. Está muy bien
contado, con la técnica de making of (técnica
que consiste en contarte como se fue gestando el libro en el mismo libro). Por
ello, resulta entretenido y variado, no es un relato lineal. Naturalmente,
Cercas, de izquierdas, se disculpa mucho de haber tenido una tío abuelo facha y
de que toda su familia fuera franquista. Al final, perdona la vida a sus tíos y
abuelos, diciendo que se equivocaron, y demostrando una vez más que para muchos
la guerra fue una lucha entre buenos y malos.
Al final, termina (como en Soldados de Salamina) con la típica
diatriba antibelicisita sobre si el tal Manuel, su tío abuelo, en realidad no
fue un héroe con una muerte bella (kalós Zánatos, en griego), sino una víctima
de los superiores y de la oligarquía, que se había confundido de bando, y que en
sus últimos meses ya se daba cuenta. Pero, claro, como no vivió para contarlo,
ahí se ha quedado: como un monarca entre las sombras.
Con todo, es un libro entretenido
y que se lee bastante bien. Cercas tiene la habilidad para convertir una hecho
puntual perdido en la noche de los tiempos, en un libro que resulta
interesante.