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Nací en Palencia en 1960. Ejerzo la docencia en un Instituto de Elche como profesor de Historia del Arte e Historia Contemporánea. He escrito algunos libros y me gusta leer. Participo en diversas actividades literarias. No soy un crítico: lo que pongo aquí son algunas impresiones muy breves sobre lo que leo. No pretendo más. Gracias por visitarme.

lunes, 31 de julio de 2023

EL PROCESO, Frank Kafka

   Leí este libro en Bélgica, y lo dejé de leer, porque estaba de vacaciones, y no quería tener más preocupaciones. Su lectura me estaba poniendo nervioso, me daban ganas de tirarlo por la ventana. Como cualquier gran novela consigue su efecto: produce desasosiego interior. Es un verdadero coñazo de novela en la que te sientes atrapado y no sabes cómo salir. Te desquicia, y gritas al protagonista que resuelva ya el caso de una vez. Es un coñazo porque Kafka quiere que lo sea. Por puro morbo, sigues con su lectura, pero la cosa se va embrollando en su absurdez más y más. La burocracia todo lo ralentiza. 

   La terminaré en su día, cuando me sienta con más fuerza. Porque es tan pesada como imprescindible. Pero de mi lectura fracasada he sacado una lección: la vida del hombre contemporáneo,  sin Dios, en el fondo es un sinsentido. No entendemos nada, somos seres arrojados al mundo, y nos entretenemos en recovecos y en discusiones absurdas. No vamos a lo fundamental. Nadie nos obliga a plantearnos: ¿qué hago yo aquí? Esa es la gran pregunta. Esa pregunta que se deja de hacer protagonista. Deja de enfrentarse con la realidad de su situación, y ahí está su perdición

   Leedla, por favor. Lo pasaréis mal. Es todo muy... kafkiano. Pero quizá luego venga la redención y la lucidez. 

sábado, 15 de julio de 2023

MADAME BOVARY, Gustave Flaubert



   Emma es una joven culta y de provincias, de la alta Normandía francesa, vive en un pueblo cerca de de Rouen. Se casa con el joven médico Claude Bovary. Al poco, se pregunta por qué realmente se ha casado con él si no le quiere, siendo por otra parte un marido atento y laborioso. Y, claro, sin amor, se aburre. Su corazón anhela algo más.

   Este sería el argumento y la esencia de esta novela, obra maestra del siglo XIX. La transformación de Emma, de una sencilla y culta jovencita de provincias llena de buenos propósitos hasta la mujer desquiciada en la que se convierte al  final, nos debe hacer pensar en el desamor con el que muchas veces nos conducimos por la vida. La consecuencia del desamor es el aburrimiento. Emma tenía de todo, y su marido era un médico bien posicionado que la adoró hasta el final, pero ella no supo dar con la tecla del amor hacia quien realmente tenía que amar en esta vida. Nunca creyó que iba a hacer lo que hizo. Cayó en la humillación y, finalmente, en el ruina financiera y moral. Magistral paralelismo  de las dos ruinas que Flaubert retrata aquí. 

   Y es que su corazón vacío llena su casa de objetos. Pero aquello no acaba de llenarle, y busca fuera colmar sus ansias. Es engañada, y se convierte en una marioneta de personas que no la quieren en realidad. La novela es triste, es verdad, pero es muy real: cuando lo centramos todo en nosotros mismos, acabamos traicionándonos a nosotros mismos, traicionando ese proyecto bueno e ilusionante que nos hemos construido desde nuestra juventud. Un camino degradante que suele ser muy gradual, casi no te das cuenta, y esto es lo más peligroso. Además, si uno es muy dado fantasear, como le pasa Emma, el peligro es más grande. La imaginación es "la loca de la casa" decía Santa Teresa. 

   En esta novela, Flaubert lo clava. Su conocimiento de las complicaciones del alma humana es muy revelador. Y las obras maestras, son eso: mostrar el alma humana al desnudo.