Pero sus películas distan mucho
del Cine Disney. Compensa ver el viaje de Chi Hiro en una gran pantalla y con
los mejores medios. A poco que te guste el cine de animación, es un placer
contemplarla y dejar pasar esas dos horas largas que dura. Pero asimismo te
sientes subyugado por el originalísimo guión, y, sobre, todo por la exuberancia
imaginativa que el mundo onírico en que se desarrolla nos presenta.
Una niña algo rebelde y
protestona atraviesa un túnel con sus padres. Lo que se encuentra después del
túnel es muy difícil de describir. Personajes fantásticos que no pertenecen a
la tradición occidental y que por ello mismo nos resultan más fantásticos
todavía. Miyazaki da vida a seres
inverosímiles de todos los tamaños: buenos, malos, graciosos o insaciables. Es
verdad que, si no eres aficionado a este tipo de cine, te puede empachar. Pero
no harta si te enganchas al guión y si admiras la perfección y sutileza con las
que han sido dibujados.
En fin, por fin veo esta
película. A pesar de que no soy un fan de la animación, no será la última que
veré de este gran director japonés ya jubilado.