Para que no digan que todo lo estimo fenomenal, paso a comentar un libro que he dejado.
La idea de Betty Smith, su autora, es muy buena. En el Brooklyn marginal de principios de siglo (XIX), una niña, especialmente sensible, lee libros junto a su árbol, en medio de un ambiente familiar sórdido y a la vez entrañable. La flor inocente en medio del estercolero.
La idea es buena, pero un relato ha de tener trama, tiene que engancharte, te tiene que contar una historia que te interese desde el primer momento, y no dispersarse en miles de sensaciones y experiencias. En la página 100, no me había hecho con los personajes, los confundía, me eran distantes. Y eso es grave.
A la tercera vez que miré cuántas me faltaban (son 500), lo dejé. Yo leo para disfrutar, no por obligación. Lo siento por su autora Betty Smith, una escritora de posguerra recuperada para la ocasión.