Aprovechando la estancia de unos días en Viena, he leído esta novela que hace tiempo tenía en cartera. Narra la historia del barón Trotta, un joven noble vienés de ascendencia eslovena, durante los últimos años del Imperio Austriaco. Con gran maestría, Roth nos coloca en un contexto de un imperio en decadencia. Es más, todos los personajes respiran decadencia, melancolía, es decir, una cierta sensación de que están siento protagonistas de un mundo que se derrumba ante sus ojos, y es sustituido por otro a los que ellos no han sido convocados.
Es una gran novela, no muy larga, que se lee con muchísimo gusto y te hace dar cuenta de lo que fue para Austria, y también para Europa entera, el final de la Primera Guerra Mundial. Fue un auténtico colapso, ya que cayeron cuatro imperios. Y si, además (como ha sido mi caso) disfrutas de su lectura al mismo tiempo que puedes acercarte a los lugares más emblemáticos de la capital austriaca, o alternar con amigos en el Café Central o en el American Bar, puede ser ser una experiencia inolvidable.
De todas formas, léase donde se lea, la Cripta de los capuchinos es una gran novela que no defraudará al apasionado de la buena literatura y de la Historia contemporánea de Europa.