Prosa limpia, directa. Oraciones breves, incisivas. Sobriedad adjetival. Una forma de escribir que ya no se estila en el XXI, pero que ha influido mucho en grandes escritores. Uno que quiera que escribir bien, tiene que leer a Azorín de vez en cuando. No es un escritor que se pueda dejar en el baúl del 98.
"Pueblo"es prosa poética. No cuenta nada y lo cuenta todo. Más que de pueblo, habla de cosas: esa ventana, ese baúl, esa taza, el pasillo, la cortina... En todo deja el maestro su pluma, una pluma cargada de humanidad.
Un capítulo resalto (los capítulos son muy breves): aquel en el que compara la montaña alicantina y la norteña. Yo, que he pisado las dos montañas, aprecio el toque del genio de Monóvar. Igual que don José, he aprendido amar los dos paisajes. Montaña tapizada en verde y henchida de hojas amarillas y ramas melancólicas; montaña pelada, sincera, a pleno sol, con la humildad de las retamas, el romero, el espliego acariciándote los pies
Hay muchas clases de belleza. Dios lo quiso así. Será para que no nos aburramos. Supongo. Gracias, Dios. Gracias, Azorín.