Este pequeño libro es un conjunto de reflexiones en torno a la vida de San Francisco de Asís. No es exactamente una biografía. El autor inglés, con su estilo ingenioso, desenfadado, irónico, intenta explicar lo que ha supuesto el santo de Asís para la Historia medieval y para la vida religiosa occidental. Y lo hace, como de costumbre, con ese tono antitópico e inconformista que le caracteriza. Leer a Chesterton es descubrir que las cosas no están tan claras como las suponías. Este simpático polemista declara, amablemente, una guerra sin cuartel a nuestra pereza intelectual que busca con frecuencia esa posición horizontal de aceptar axiomas sin discusión. Asomarse a sus páginas supone tener las espadas del entendimiento en alto.
Por ejemplo, alguien puede
afirmar que San Francisco de Asís fue un gran amante de la naturaleza. Chesterton
lo niega: el santo amaba este pájaro, este árbol, criaturas concretas como
criaturas de Dios. En ningún momento pensó en la Naturaleza en general. A San
Francisco, replica el autor inglés, los árboles no le dejaban ver el bosque. Y
eso es realmente lo que buscaba.
Particularmente interesante el
capítulo II, donde habla de una época muy interesante de la Historia: la
Antigüedad tardía. El mayor logro del mundo clásico, viene a decir, consistió
en darse cuenta de su propio error. Por eso, se hizo cristiano. Abundaremos en
otra entrada del blog, una vez que haya leído nuevamente el capítulo, que no
tiene desperdicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario