Parece que el escritor que fallece te llama desde la otra orilla. Quieres recordar algo de él, esto es, de su literatura. Me faltaba este libro, de entre los varios que he leído del autor vallisoletano.
En realidad, es Delibes en estado puro. Es un homenaje a su mujer. Un retrato, quizá algo idealizado, más producto del amor al ser perdido que de la cotidiana realidad. Pero queda sobre todo, la esperanza de que exista gente así. En efecto, Ana, la protagonista iluminaba con su sola presencia la realidad plana y gris de la vida. Una mujer de una sensibilidad exquisita, pero a la vez natural, que no iba de artista, y que era la verdadera inspiración de su marido, un pintor renombrado.
En fin, un buen libro, con el estilo claro y sobrio del finado autor, al que regateraron el premio nobel. Quizá él no lo buscó demasiado. Le bastó con el amor que tuvo a su mujer.
Muy buen libro, coincido contigo, Nacho. Y del Nobel, pues ellos se lo pierden.
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