Este sencillo relato del que fue guionista de una estupenda película ("Hace mucho que te quiero") es un precioso homenaje a la inmigración, a la relación padres hijos, a la bondad primigenia del ser humano, que cultiva la esperanza y la solidaridad incluso cuando ha salido del terror de su país natal.
Un anciano asiático aparece con su nieta en un puerto de Francia, toda su familia ha muerto de forma cruenta. La desorientación primera deja paso a la luz de una mano amiga.
Magnífico relato con un final sorprendente. Breve libro pero lleno de sabiduría.
Gracias, Nacho, por la pista de la película. Tengo que verla. Un abrazo. Manel
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