"El Jugador" fue por Dostoievski casi por encargo, y a contrarreloj, mientras tenía
pendiente “Crimen y Castigo”. Para ello, contrató una secretaria que luego será
su mujer.
La acción se desarrolla en una
ciudad imaginaria: Rutelenburgo. El protagonista es Alexei Ivanovich, un joven
noble ruso que pretende a Polina, una joven noble también rusa. Son también
protagonistas un general ruso que espera una herencia para casarse con
Madmoiselle Blanche, una aristócrata francesa. También forma parte de la escena
un noble francés y un inglés, que pretenden asimismo a Polina.
Una mención aparte es Antonida
Vasilievna, la abuela de la familia, que aparece por sorpresa, con carácter
tiránico y a la vez bondadoso, y revoluciona sin saberlo todo a su alrededor.
Por supuesto, termina arruinada. A mí me pareció un momento delicioso y
tragicómico del relato.
Sin embargo, la verdadera
protagonista es la ruleta. Todos los protagonistas tienen sus ambiciones. Pero,
al final, es la ruleta lo que les hace enriquecerse y arruinarse en horas, y la
que cambia por completo el destino de sus vidas. Lo que más sorprende, sin
embargo, es que a ellos les da igual, lo ven como una fatalidad. En concreto,
el protagonista está tan enganchado a la ruleta, que –más que el dinero- busca
la emoción del momento. Dostoievski lleva estos sentimientos a sus límites más
extremos (el relato es autobiográfico: Fedor perdió su fortuna jugando en
Alemania). Alexei sabe que, después de enriquecerse en una noche de suerte, volverá
al día siguiente y se arruinará, perdiendo la mano de su amada. Pero, aún así,
no es capaz de marcharse a París, como le aconsejan sus amigos.
En resumen, Dostoievski en estado
puro: drama, pasiones, destino, sentimientos encontrados, envidias, orgullo y
arrepentimiento humano. El alma humana sin contemplaciones. “El Jugador” es una
gran novela que ayudar a entender a Dostoievski, y puede preparar para enfrentarse
a las grandes novelas del autor.
Magnifica obra del genial escritor ruso. Es un experto en adicciones.
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