David Reche es conocido en Elche por sacar adelante con perseverancia, ilusión y sabiduría, la librería Ali i Truc, referencia obligada de la ciudad. A él se deben múltiples iniciativas culturales y literarias en torno a esa pequeña Meca de la cultura ilicitana, donde muchos nos acabamos perdiendo de tarde en tarde. Sin embargo, no es tan conocido en su faceta de escritor. Por ello, comento algunas ideas sobre esta estupenda novela juvenil que acabo de terminar.
Macondo no es el pueblo imaginario de Gabo, sino una ciudad del sur de Angola. Un chico español y una chica angoleña de origen cubano se ven involucrados en un ataque guerrillero a una mina de diamantes. A partir de ahí, la trama se desenvuelve con soltura. Hay lugar para el suspense, la emoción y el amor adolescente. Además, cuenta con gran naturalidad, las costumbres de los angoleños y la geografía tropical del país, con la vegetación y la fauna típica de la sabana. Como telón de fondo, el recuerdo del horror de una guerra pasada y la maldad de aquellos que solo quieren de África la riqueza del subsuelo y no la de sus habitantes.
El autor resalta el valor de la familia, la honradez y la valentía frente a la insolidaridad y la cobardía. También demuestra que lo importante no son las bondad o maldad de las estructuras sino la del corazón humano. Así, se puede explotar las riquezas mineras que posee un territorio, pero promocionando el nivel social y cultural de los que allí trabajan. Solo hay que tener en cuenta, en definitiva, que lo importante son las personas y no solo los beneficios. Esto se ejemplifica muy bien en el padre de Vidal, el protagonista, que tiene gran prestigio entre los nativos.
En conclusión, pienso que es una novela muy apta para todos los públicos, pero especialmente para el juvenil, ya que cumple con creces las dos características que -en mi opinión- ha de tener una novela juvenil: entretener y transmitir con naturalidad en valores positivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario