Una pérdida es la mejor ocasión para que esas ideas, lúcidas y claras, que todos tenemos ocultas, comiencen a salir a la superficie. El autor ha perdido a alguien, un dolor agudo se ha instalado en su alma, y comienza a escribir un diario. En realidad, si estas líneas se colocaran una debajo de otra, estaríamos hablando de altísima poesía.
El oficio de escribir, la importancia de las cosas que carecen de importancia, el tesoro del silencio, el ansia de trascendencia, la pura amistad, el verdadero sentido del amor y de la entrega. Con un pluma inigualable, Bobin va hilvanando, día a día, estas y otras reflexiones profundas. Y no se te hace pesado. Todo lo contrario: vuelves con frecuencia al inicio del párrafo para saborear bien el pensamiento. Páginas de papel y lápiz, páginas de las que nunca te arrepientes, página a las que siempre has de volver.
Aunque suene a tópico, "Autorretrato con radiador" es un libro necesario. Un clásico desde el mismo momento que salió a la imprenta. Pasen y lean. No se lo pierdan.
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