En un Instituto de Alemania, durante la semana de proyectos, un profesor decide realizar un experimento para explicar a sus alumnos en qué consiste el totalitarismo. Permítanme unas reflexiones sobre este sugerente film.
Todos tenemos el deseo de apoyarnos en los demás. Abunda el miedo y la desconfianza. Mucha gente está sola, ya que la familia ha dejado de ser un cimiento inamovible. En principio, es un deseo legítimo: la unión hace la fuerza, no somos versos sueltos.
El problema surge cuando nos diluimos en la multitud, nos identificamos irracionalmente con unas siglas, con un lema, con un líder, y queremos romper con el sistema establecido con la subyugante sensación de estar haciendo algo grande, único en la historia. En realidad, es una reacción ante el atroz individualismo al que nos arrojan nuestras sociedades modernas.
El problema surge cuando nos diluimos en la multitud, nos identificamos irracionalmente con unas siglas, con un lema, con un líder, y queremos romper con el sistema establecido con la subyugante sensación de estar haciendo algo grande, único en la historia. En realidad, es una reacción ante el atroz individualismo al que nos arrojan nuestras sociedades modernas.
Sin duda, los jóvenes, con su falta de experiencia y su impulsividad, son los más vulnerables. El remedio es el Cristianismo: colaborar con los demás sin cerrarse al otro, sin excluir a nadie. Buscar soluciones positivas a los males del mundo, comenzando por nuestra propia conversión interior.
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