Thriller muy bien contado, no carente de interés humano, ubicado en el valle del Baztán (Navarra), con evocaciones mágicas y telúricas, y con algún pasaje algo truculento.
Protagonista de la misma es la inspectora Amaia Salazar, natural de Elizondo, en el mismo valle, donde vuelve para investigar recientes crímenes en serie de adolescentes, y reencontrarse con su familia.
No pasa inadvertida la profusión de autoras que cuentan aventuras de intriga sobre protagonistas también femeninas. Rivera dela Cruz, Julia Navarro, María Dueñas, Natalia San Martín, Reyes Calderón. Parece un filón, como lo fue hace años el relato histórico. Y es de agradecer, ya que estos relatos no se circunscriben a lo policiaco, sino que tienen todos un trasfondo humano e incluso filosófico en algunos casos, muy claro en “El despertar de la Señorita Prim”, por ejemplo.
“El guardián invisible” no va en esa línea, digamos, metafísica. Se centra en la investigación del crimen, pero sin dejar de tocar los miedos y los dramas de la misma protagonista, de los otros policías, de su propia familia. Son seres de carne y hueso, que han de atravesar diferentes dificultades, complejos, etc.
Buena novela, en resumen, entretenida pero para buenos estómagos, ya que resulta algo dura en algunos pasajes.
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