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Nací en Palencia en 1960. Ejerzo la docencia en un Instituto de Elche como profesor de Historia del Arte e Historia Contemporánea. He escrito algunos libros y me gusta leer. Participo en diversas actividades literarias. No soy un crítico: lo que pongo aquí son algunas impresiones muy breves sobre lo que leo. No pretendo más. Gracias por visitarme.

sábado, 26 de septiembre de 2020

EL COCINERO DE LO ÚLTIMOS DESEOS, Yojiro Takita

 

  ¿Es posible que los lejanos y esquinados japoneses nos sigan dando lecciones a los herederos occidentales de la sabiduría griega, romana y cristiana? Pues así es. Y me avergüenzo de ello, por el olvido e incluso el desprecio que supone lo que está haciendo nuestra cultura occidental: pisotear sus raíces, obcecada como está en ideologías victimistas y neomarxistas que, a la larga, empobrecen el debate y lo que simplifican, al reducir toda la riqueza de nuestra capacidad de pensar a dimensiones esquemáticas. 

  Kore Eda ya trata con gran sabiduría sobre el amor a la familia, en películas tan espléndidas como KisekiDe tal padre, tal hijo, o Nuestra hermana pequeña (¡por favor, no se pierdan esta última!). Aclaración: Kore Eda no es un obispo, es un director japonés actual de prestigio.

   Yojiro Takita trata en este film sobre el amor al trabajo. Un prestigioso cocinero piensa que solo pueden hacer buenos platos con efectividad, dedicación exclusiva y sin compartir con nadie sus conocimientos. Unas circunstancias muy especiales transforman su modo de pensar: al final, comprende que, para hacer un buen plato, es fundamental poner amor en lo que se hace. Además, el trasfondo histórico es la guerra chino japonesa de los años treinta, muy interesante y poco conocida. Cierto que se emborrona un poco, a mi parecer, con asuntos de espionaje: es el precio que hay que pagar al entretenimiento. 

   Este film -a mi parecer- no es el mejor que ha salido de Japón, y la idea está plasmada correctamente pero con algún bajón en el guion. Pero pienso que siempre quedará como muestra de que los japoneses, en muchos casos, pescan en aguas más profundas a la hora de querer indagar en la condición humana. Sobre todo, después de la patochada de Hollywood consistente en poner condiciones políticamente correctas a las películas concursantes. Para mí, es un claro botón de muestra de que Occidente se nos está muriendo. 

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